alfajor en falta: un blog pensado para hacer de la distancia algo virtual.

5 de junio de 2009

banner plan

Internet permite divagar o, según se vea, distraerse. Quizá permita cambiar la vida.
Lo cierto es que Lucio estaba harto de ingresar los datos sobre el detergente concentrado, que había recabado algún joven estudiante de algo, encuestando a una señora entrada en años y, luego, volcado poco prolijamente en una planilla estándar.
Como casi todas las jornadas, Lucio se quejaba, para sí, de esa característica falta de prolijidad de los jóvenes de hoy, y recordaba que en sus inicios en la consultora, cuando aún estudiaba, él era mucho más detallista y meticuloso que los jóvenes de ahora; su letra era legible, su ortografía rayana en el ideal, y encomiable su habilidad para no salirse de los casilleros preestablecidos.
Además de quejarse, Lucio, como casi todas las jornadas, tejía hipótesis conspirativas, clasificando las encuestas en tres categorías, las genuinas, las falsas y las mixtas (estas últimas, una rareza que le ocurría cuando se convencía de que ciertos formularios tenían un punto de inflexión entre el trabajo honesto y el llenado espurio). Con base en una adaptación libre de su propia experiencia, especulaba que ante una sugerencia más o menos explícita de alguno de los sujetos intervinientes en la encuesta, el joven estudiante y el ama de casa conocedora de detergentes se dedicaban a mejores menesteres. Según esa especulación, luego, el joven, completaba los casilleros pendientes de acuerdo a lo que él creía que su encuestada-encamada contestaría.
Volvamos. Internet permite divagar. Y si bien Lucio ya divagaba sin la internet, harto de la mentira del encuestador (al que nunca denunciaría ante su jefe, claro), se conectó a un diario on-line para ver qué titulares aparecían. Lucio es uno de los pocos privilegiados de la jerarquía intermedia que tiene acceso a la red en su terminal. Es que tantos años para la consultora no sólo le aseguran no ser despedido (su indemnización supera los meses por cobrar), también le dan este tipo de privilegios. En el Chat tiene 6 contactos con los que raramente tiene interés en conectarse. Prefiere el diario. Mientras miraba las noticias los banners lo distraían. Uno de ellos logró su cometido; vendían una casa en Junín de los Andes a la que accedía con sus pocos ahorros. No había más que pensar, en estos días tomaría parte de las abultadas vacaciones pendientes, en su casa alegaría un viaje de trabajo que, pese a no resultar creíble —nunca tuvo uno—, nadie cuestionará y se iría a Junín. Constatada la papelería de rigor, y el estado de la cabaña, la compraría tras un ligero regateo. En pocos meses, ni bien se jubile, se irá a vivir allí, con su jubilación y algún ingreso por el alquiler a turistas de los cuartos libres, llegaría a fin de mes. Sólo le fastidiaba tener que hablar con esa gente, pero era mejor que hacerlo con los suyos. El plan incluía el modo de fugarse, una pequeña venganza tal vez. Simplemente desaparecería, sin avisar nada a su mujer (reducida a involuntaria compañera de residencia), ni a sus hijos (que incluyen sendas nueras), con quienes sólo lo une la distancia. Lucio cargó a desgano lo que quedaba de encuesta, tomó el número de teléfono del aviso y se fue relativamente contento. Tenía un banner plan.

10 comentarios:

Flor dijo...

Nunca en mi vida hice click en la publicidad que aparece en internet. Soy lo más antipublicidad que hay. Me da una desconfianza atroz.

Me quedé pensando, qué prosa abigarrada la tuya. De verdad. Como si escribieras desde otro tiempo. ¿Por qué será?

S A L dijo...

Para quienes como yo, sólo sospechaban los alcances del término abigarrado/a: (Del part. de abigarrar). 1. adj. De varios colores, mal combinados. 2. adj. Heterogéneo, reunido sin concierto. P.ej: Un extraño y abigarrado libro. Una multitud abigarrada.
Yo también me quedé pensando, que será escribir desde otro tiempo? Combinaré mal los colores de todo? Faltará concierto en todas mis reuniones?.
Flor, te mando un beso.

Flor dijo...

Lo de combinar mal los colores, ¿quién lo dice? La RAE, ¿no?
No hagas mucho caso de los diccionarios.

No me refería a la mala combinación de colores (RAE dixit) sino a lo apretadas que están las palabras. Por la densidad del texto. No hay intersticios. Decime si no te diste cuenta. Frases largas, descripciones detalladas, una seriedad que a veces roza con lo absurdo. Maravilloso, nadie escribe así en el siglo XXI.

Bueno, eso.
Y para rematarla, buscá qué dice la RAE sobre el término chatear. Ahí le perdés todo el respeto.

http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=chatear

S A L dijo...

no soy muy conciente de cómo escribo, a veces me gusta bastante lo que sale, otras no (Lucio no me gustó mucho, pero ahí fue, igual, a develar mi abigarrismo en sentido amplio, no raeciano). Para rematarla: a beber chatos de vino (por msn?)

Pablo dijo...

mi problema con las encuestas es que me apena negarme, porque se lo arduo del trabajo encuestadoril, y al mismo tiempo siento que a cada respuesta que doy le estoy haciendo la gauchada a la patronal.

Lindo texto.

Saludos

Pablo dijo...

mi problema con las encuestas es que me apena negarme, porque se lo arduo del trabajo encuestadoril, y al mismo tiempo siento que a cada respuesta que doy le estoy haciendo la gauchada a la patronal.

Lindo texto.

Saludos

Pablo dijo...

mi problema con las encuestas es que me apena negarme, porque se lo arduo del trabajo encuestadoril, y al mismo tiempo siento que a cada respuesta que doy le estoy haciendo la gauchada a la patronal.

Lindo texto.

Saludos

S A L dijo...

PM, tenás razón, es una disyuntiva complicada; me gustaron los relatos de tu blog, y la presencia del tren.

Alejandro dijo...

muy bueno SAL. ahora entiendo el intercambio de los otros días. Por qué es sorprendente confirmar lo que sabemos? sin ser paranoico, siempre asumo que estoy observado, tengo el teléfono pinchado y/o mails intervenidos. Aún así, la vida continua y uno tiene que manejarse con la lealtad y transparencia para poder defender lo que hace y dice ante cualquiera.
Todo esto viene a cuenta de lo que comprobe hace unos días con las publicidades que aparecen en la parte superior del Gmail, que generalmente tienen que ver con el contenido de los correos.
Ya está, ya lo saben, estamos siendo escarbados hasta el último resquicio por la omnipresente tecnología.

S A L dijo...

Alejandro: creo que viene bien ser un poquito paranoico (sólo un poquito nomás).