Aquí, en Buenos Aires, desde donde escribo, se utiliza la palabra chivo con, al menos, tres significados distintos. En primer lugar, claro, para aludir a las cabras de poca edad. En segundo lugar, supongo que precisamente por el olor de las cabras, se denomina chivo a las emanaciones poco agraciadas de los seres humanos, fundamentalmente las que se desprenden de sus axilas, producto de la transpiración. Nada de lo dicho hasta aquí tiene relevancia para lo que quiero transmitir. Sí lo tiene el tercer significado que le conozco al término "chivo", me refiero a la mención, no paga -al menos no de modo oficial-, que desliza quien tiene acceso a un medio de comunicación. Ejemplo: un actor es invitado a una entrevista, contesta preguntas y mete un chivo, o sea, anuncia que actualmente puede ser visto en la obra Tal, que se exhibe en el Teatro Cual, los días X e Y a la hora Z. Claro está, lo puede hacer de un modo más o menos sutil. Puede, como quien no quiere la cosa, decir -"justamente, hablando de espacios grandes el teatro Cual es tan grande que exige elevar significativamente el tono de voz, y ello actualmente me exige un gran esfuerzo ya que allí estamos haciendo la obra Tal los días X e Y". O puede, como yo ahora, sin disimulo, decirles que inicié un blog con historias de trenes (bueno, por ahora una sola, pero habrá mas) y que los conmino a entrar, bajo apercibimiento de retarlos a duelo.
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PD: El que no deje mensaje se queda sin alfajor.