Ambos tenían poco, muy poco.
Gregorio algo más que Irupé. Tenía un departamento sucio y desmantelado, en un edificio decadente que, en otros tiempos, mereció un poco mejor suerte. Tenía una ventana, con vista a una cúpula “belle epoque”, como escuchó, hace tiempo, que alguien la llamó —hoy, no es más que un palomar roñoso—. Tenía un abogado que, en principio por poco dinero, y más recientemente sólo por inercia, venía dilatando, con más suerte que buena técnica, un desalojo anunciado. Tenía una magra subvención por discapacidad, aunque, bien visto, lo suyo era olvido, desidia, resignación, pero no discapacidad. Tenía el recuerdo de la llegada al puerto, del frío en el hotel de inmigrantes, de la maldita peste, de los tiempos de rebusques, de los fracasos amorosos.
Irupé tenía menos. Menos edad (mucha menos). No tenía recuerdos de viajes, porque nació acá, después de que su madre llegara añorando alguna posibilidad (tampoco tenía recuerdos de su madre). Tenía una cama compartida (al menos) con un medio hermano, en una pieza que no miraba a ningún lado. Tenía alguien que, a su modo, se ocupaba de ella, llevándola hasta la esquina frente a la cúpula y custodiando que nadie robara su recaudación. Tenía un castigo si el día era malo, aunque ella se esforzara en dar lástima y rogara. También tenía el bocado modesto que, desde hace un tiempo, Gregorio le alcanzaba todos los mediodías. Daba una sonrisa y un tímido gracias a cambio, lo que debería haber sido inventariado, previamente, entre los bienes de Gregorio.
Un día Gregorio no la vio. Al día siguiente tampoco. Así, pasaron nueve días. Gregorio que ya no soñaba nada, soñó. Había un camino cubierto de hielo. Un cartel caído. Un viento que aturdía y perforaba. Cerca, pero inalcanzable, un fuego que se alejaba. Alguien golpeaba su cuerpo, pero no era visible.
Nada tenía sentido en su sueño. Ya nada tenía ninguno de ellos.
alfajor en falta: un blog pensado para hacer de la distancia algo virtual.
17 de julio de 2009
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3 comentarios:
chapeau!
Me encantó.
Me gustó mucho. El ritmo, tiene como una cadencia.
Saludos
Pablo
gracias por esos comentarios, algo grato el día de la vuelta a la tediosa rutina y a la "conexión". Saludos.
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