alfajor en falta: un blog pensado para hacer de la distancia algo virtual.

6 de julio de 2009

No emigrar

Algunos huyen de los horrores de la guerra. Otros siguen un amor. Hay quienes dejan atrás una familia conflictiva. Están los que ven en otra orilla la chance de aprovechar sus mentes o sus cuerpos mejor que en la suya o, simplemente, la chance de comer.

Y están quienes no se van.

Hubo un día en el que pude haber emigrado, pero no lo hice. No fui yo quien decidió desestimar esa posibilidad. Para ese entonces, tenía la edad que ahora tiene mi hija que, aunque ríe mucho, no comprende acabadamente las minucias de la vida adulta.
Yo no decidí, no comprendía y, aunque no recuerdo, tengo la sensación de haber reído poco entonces.
Aquello que se, lo escuché después. Se que de muy chico pude haber ido a Uruguay, y que un poco más grande a Europa. Que mi madre había hecho las averiguaciones necesarias y podía iniciar las gestiones. Que quería que mi padre sea puesto en libertad para que todos pudiésemos vivir juntos. Se también que fue mi padre el que, a su tiempo, rechazó cada una de las posibilidades de salir y se encerró en su negativa.
Luego, el consabido golpe, el endurecimiento de la represión y el fin de la opción de emigrar para las personas presas a disposición del Poder Ejecutivo.
Así que nunca emigré. Aprendí a vivir con mi madre y mis abuelas, a hablar únicamente el castellano (aunque para decir poco), a entender que algo grave podía pasar en cualquier momento, a desconfiar.
Nada grave sucedió (entendiendo por grave, estrictamente, desaparición o muerte).
Así que, más adelante, mi padre volvió. Y vivimos juntos por algún tiempo. Nunca le pregunté por qué prefirió no emigrar. Prácticamente, no le pregunté nada. Tampoco a mi madre.
No obstante, una vez, mi padre dijo que él prefería ser un ejemplo para su hijo y, eventualmente, morir por sus ideales, que renunciar a ellos.
Creo que esa disyuntiva, así planteada, es falaz. Puedo argumentar solidamente sobre la imposibilidad de concretar ese ideal, cuestionar que se trate de una renuncia el hecho de asegurarse a supervivencia, etc. Pero no quiero hacerlo. Sólo dejo escapar, un poquito, la bronca de quien, sin comprender las minucias de la vida adulta, sabía que quería que lo cuidaran con el cuerpo, día a día, en lugar de que le dejaran magnánimas enseñanzas.

5 comentarios:

Pablo dijo...

"sabía que quería que lo cuidaran con el cuerpo, dñia a día"
muy linda esa línea, cálida, como el cuerpo

Abrazo

atandocabos dijo...

puta. gracias. cuando salga de la emoción podré decir algo de lo que reflotó cuando leía.

atandocabos dijo...

... él nunca quiso compartir un dolor que le comía por dentro, o yo creo que así lo sentía; no se si siempre lo tenía presente o solo yo lo veía cuando intentaba acercarme a su historia.
yo hubiera querido que lo compartiera día a día, en lugar de "protegerme" a su manera.

hay dolores que aunque no los hayamos vivido o conozcamos completamente se transmiten igual, parece.

S A L dijo...

gracias PM; atandocabos: más vale tarde que nunca.

Flor dijo...

No emigrar. Todavía me acuerdo de la tarde en la que me contaste este dolor y esta necesidad de que te "cuidaran con el cuerpo, día a día". Hermoso y doloroso tu relato. Y honesto, por sobre todas las cosas.